Existen lugares representativos y con gran historia en el centro histórico de la ciudad de México. La opera es una cantina ubicada en 5 de mayo y Filomeno mata, es de las más antiguas y con más historia en la llamada ciudad de los palacios; es muy difícil encontrar una mesa vacía, ya que por su gran historia, que además es acompañada por una gran arquitectura de finales del siglo XIX , atrae a mucha gente.
La cantina “La ópera” es de las pocas que aparecen en las guías de sitios turísticos por su historia y tradición, ya que es un lugar con un gran encanto. Su decoración Art Decó se conserva hasta nuestros días. En el lugar convergen infinidad de estilos, pero el que más destaca es el francés, con muebles de madera y lunas biseladas, gabinetes de madera de nogal y aterciopelados, así como también posee espejos y acabados en cuero. La Ópera cuenta con una barra única en el mundo. Este sitio sigue y seguirá siendo muy tradicional por el estilo que conserva y la decoración sobria y original de influencia francesa, así como también por los músicos que amenizan el ambiente.
La ópera, no fue originalmente una cantina sino que con anterioridad fungía como una chocolatería en donde se vendía también té caliente, pero con el paso del tiempo comenzó a venderse alcohol y con ello comenzaron a reunirse todo tipo de personas como actores, políticos, cantantes, etcétera. Este sitio está reconocido por el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH); “la opera es una cantina de abolengo”, es así como se expresa de ella el INAH en algunos de los recorridos de cantinas en cantinas que organiza la fundación del centro histórico.
Actualmente y para beneficio de muchos se siguen sirviendo platillos bien elaborados – comida típica mexicana y española-. El ambiente del lugar gira en torno a esas leyendas de la revolución. La ópera es de los grandes sitios para visitar en la Ciudad de México, es un gran pretexto para después de una larga caminata por el centro histórico, sentarse a tomar una copa y escuchar las historias de los meseros y los cantineros, quienes amablemente platican sobre este lugar, en el que con solo mirarla es posible imaginarse el ambiente que se vivía en tiempos de la revolución.
Desde su apertura “La Opera” se enfocó sólo a atender “clientes exclusivos”, como la gente rica de la ciudad, la aristocracia, la burguesía y las altas esferas de la política nacional. Fue la cantina de los regentes de la ciudad de México y de los presidentes del país. Quizás esto detonó su fama o una curiosa anécdota, la cual cuenta que en plena revolución mexicana, cuando Emiliano Zapata y el general Francisco Villa se enteraron que la cantina era exclusiva para gente “adinerada”, decidieron visitarla con personas de su ejército, puro “calzonudo” y sombrerudo”. Ya dentro de la cantina, el general Villa disparó un balazo, de máuser -el mejor fusil de cerrojo de la historia- . Una bala incrustada en el techo se exhibe como testigo de tal acontecimiento, y aún hoy en día, se puede observar.
La Ópera es un sitio que alberga anécdotas, historias y muchos mitos y leyendas; de su fama no se tiene fecha exacta, pero como vemos han sido muchos los motivos y las circunstancias las que le han otorgado esa indiscutible cualidad.
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